Esto ha llegado a su fin. Todo lo bueno se acaba y, por ello, queríamos incluir una unidad en la que te ofrecemos algunas recomendaciones para enfrentarte a la EvAU.
Esquema
Los apuntes también aparecen en el apartado de Biblioteca
Ahora creemos que ya estás preparado para enfrentarte al examen de la EvAU. En este cuaderno de actividades te dejamos un modelo y un enlace que te serán muy útiles. ¡Un último esfuerzo!
¡Enhorabuena, has ganado el juego! Ya sabes quién es el asesino, el arma que utilizó y el lugar donde cometió el asesinato. Te dejamos con el final de esta historia que nos ha ido acompañando a lo largo de todas las unidades. Muchas gracias por todo. Esperamos que esta página te haya servido en estos momentos tan difíciles y que hagas un examen de diez. Tus profesores de Asesinato en la EvAU te deseamos mucha suerte. ¡Hasta pronto!
Tus últimas palabras
Levantas la mirada ante el foco del interrogatorio. Respiras y bebes de un vaso de agua que refleja tus ojos. Estás nervioso, pero sabes que todo va a salir bien. Poco a poco vas contando tus averiguaciones. Informas de que el baño de las chicos estaba cerrado y de que la jarra de cristal seguía en el lavavajillas. Lentamente, la mirada de los que te acusaban se va disipando y van apareciendo las de aquellos que comprenden la situación desde otra perspectiva. Así, con el ánimo y las fuerzas necesarias te levantas, miras a tus compañeros de clase, a los miembros del claustro de la universidad y hacia la ventana por la que entra ese aire tan fresco. Es selectividad, pero ha sucedido como no estaba planeado. Todo empieza a cobrar sentido en tu mente: la imagen del jardinero camino a comisaría, el diccionario en el almacén de pruebas y la copistería acordonada. En realidad, todo era fruto del azar. ¿Quién te iba a decir que el jardinero, marido de la copistera y enamorado de las letras, al coger el diccionario de la RAE de la estantería, se le resbaló de sus manos y cayó sobre la cabeza de aquel pobre chico? Regresas a casa disfrutando de no ser objeto de culpas y represalias. Te detienes en un banco de madera de encina y acero a disfrutar una media mañana que te purifica con sus rayos de sol. Vuelves a respirar y, cuando llegas a casa, abres con tus llaves.